Situada en el centro de Garganta, data de finales del siglo XV, aunque su historia se remonta a la de las Cofradías de la Virgen y de San Isidro, que ya existían cien años antes. Los cofrades que acudían a la Ermita de San Isidro, en el cercano pueblo de Ferreros (hoy desaparecido), decidieron levantar esta Iglesia ante su apreciable deterioro.

La Iglesia posee tres naves, separadas por arcos de medio punto. Aunque su estilo se podría calificar como bizantino en su conjunto, se aprecian también elementos góticos, románicos y barrocos. En la parte más antigua destaca la capilla mayor, cubierta con una bóveda de crucería, y sobre todo su torre, ubicada a los pies del edificio, de grandes proporciones respecto al resto del templo. Es de tres cuerpos y cuenta con ocho arcos de medio punto en su parte superior, que dejan entrever el campanario.

Durante la Guerra de Independencia y la Guerra Civil se deterioró gravemente la estructura del edificio y la despojaron de las piezas únicas que en su interior se conservaron durante siglos: una talla románica de la Virgen, el archivo parroquial y numerosos objetos de plata. Entre los tesoros que aún conserva, encontramos la pila bautismal y las del agua bendita, tan antiguas como el propio pueblo de Garganta.